domingo, 11 de septiembre de 2016

Un pájaro posado en un árbol...

Con esta frase dimos la bienvenida al curso escolar 2016-17. Era mi segundo curso con el grupo con que empecé ciclo y quería comenzar un nuevo año escolar con una frase que realmente les convirtiera en protagonistas de todo lo que estaría por llegar.

Con esta idea en la cabeza, presentamos esta frase como una oda a la autoconfianza, al respeto de uno mismo por sus potencialidades y talentos, a la comprensión de que todos podemos ser distintos tipos de pájaros con diversas formas de volar o incluso de no volar... y de hacer cosas maravillosas.

Ni que decir tiene que, una vez más, en la base del desarrollo de esa autoconfianza se sitúa el sentirse aceptado, valorado, querido, en definitiva RESPETADO. Siempre hay posibilidades de que la rama se rompa, pero para eso tenemos cada uno, cada una, nuestras alas. Os invito a usarlas.


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