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sábado, 7 de marzo de 2015

Las abuelas toman las aulas. Una actividad conmovedora.

En la mañana del viernes 6 el Cole tenía un aspecto diferente. Por aquí y por allá se veía un número poco habitual de personas mayores, abuelas todas ellas, perfectamente engalanadas y dispuestas a tomar las aulas. Es la forma como haríamos homenaje a la mujer, cuyo día internacional se celebrará el 8 de marzo.

Tras la entrada de los alumnos y alumnas, se produjo un aluvión de abuelas dirigiéndose a las clases de sus nietos y nietas, destino donde comenzarían una serie de experiencias que, a buen seguro, no han dejado  a nadie indiferente.

En nuestra clase de 6º B, estuvo Chari, abuela de Yeray. Como suele ser habitual en este tipo de actividades, nos sentamos en círculo y nos dispusimos a escuchar las aventuras y experiencias de nuestra amable invitada que, con aplomo, seguridad y firmeza nos iba contando su vida, desde su más tierna infancia hasta el día de hoy. No contaré más detalles porque que he lanzado una actividad en el blog de trabajo ("La clase del Maestro Enrique") para que los espectadores de esta aventura nos vayan desgranando los detalles de las cosas que más les ha llamado la atención.

Para mi, ha sido emocionante escuchar la voz de la experiencia, contrastar las cosas que antes eran normales y ahora pueden sonar descabelladas, cómo ha cambiado la vida de las personas y la sociedad en su conjunto en tan poco periodo de tiempo y, por qué no, cómo el sentido común ha dejado paso al frenesí descontrolado y a la sinrazón en que nos vemos inmersos cada día, entre muchos, muchísimos avances y mejoras en la calidad de vida.

Ha sido todo un lujo ver la escuela más viva que nunca, con ese aire tan enternecedor que dan nuestros mayores a nuestras vidas. Comprobar de primera mano que no necesariamente todo lo antiguo era peor, aunque sí bastante más precario, más sencillo. Que quizás esta sociedad debería involucionar un poquito y retomar valores tan importantes como el respeto, el esfuerzo, la humildad, la vida sin grandes lujos pero con grandes experiencias, mucho más cercanas a nuestra esencia como especie que la "vida digital", que nos tiene tan apartados de la "vida natural" para la que siglos y siglos de evolución nos ha condicionado y que es la que puebla nuestros genes, pero que hoy es la que menos practicamos.

Para no seguir divagando sobre ideas románticas que denotan que, poco a poco, me acerco peligrosamente a esa edad madura, me limitaré ya a agradecer a Chari el entrañable ratito que nos ha dedicado esta mañana, y hacerlo extensivo a todas las abuelas que han participado en esta actividad y han llenado de aplausos las aulas. Seguramente, pronto volvamos a vernos.

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