Nos apretamos para reubicar al Primer Ciclo.

Ya no hay vuelta atrás. Parece que las aulas Sevilla han cerrado sus puertas para siempre. Ante la negativa de los técnicos a garantizar la seguridad del edificio nos vemos obligados, como medida urgente, a reubicar a los cuatro cursos de 1º y 2º que estaban en el edificio en cuestión. 

Con esta medida provisional, se resuelve temporalmente un problema con una serie de daños colaterales necesarios pero bastante importantes. De momento se pierden todos los espacios comunes, como el aula de informática, la sala de profesores, el aula matinal y el salón de actos (también aula de música). Esto deja en jaque a varios proyectos como el Coro o los proyectos de teatro del 1º y 2º Ciclo. Sin contar con que ya no dispondremos de la sala de informática donde el alumnado realizaba diversas tareas relacionadas con la nuevas tecnologías. Y también el aula matinal, que se queda sin espacio.

Además de todo esto, no debemos olvidar que unos cambios de espacios tan drásticos necesitarán un periodo de readaptación de muchos niños/as y también de maestros/as principalmente. En estos días es muy probable que gran parte del tiempo sea destinado a esta adaptación, sobre todo al principio.

Por lo que nos incumbe más directamente, los dos cursos de 6º hemos sido trasladados, sufriendo una separación física importante. El Tercer Ciclo, y con él el proyecto Malonso TV, también va a tener más dificultades para continuar desarrollándose. Ya era complicado estando en el mismo pasillo, ahora, puede sufrir bastante más aún. En los próximos días valoraremos qué y cómo proceder al respecto.

En esta separación, mi tutoría de 6º A ha sido ubicada en el Salón de actos. Por varias razones todas

Salón de actos durante la mudanza

importantes, pero quizás en un intento de mantener a flote nuestro Coro, que el viernes, de repente había desaparecido del mapa.

Como habitantes temporales de ese espacio, afrontamos una nueva etapa con alguna ventaja (más espacio, más material en el mismo aula, cercanía del patio,...) y no pocas dificultades, pues el salón de actos, a pesar de sus grandes dimensiones, puede presentar otras muchas carencias que prefiero no anticipar. Mejor nos fijaremos en las ventajas e intentaremos sacar partido de ellas.

Quiero pensar que seremos capaces de reubicar en ese nuevo espacio los ensayos del Coro, pero no quiero adelantar nada ni en positivo ni en negativo. Por experiencia sé que los proyectos deben desarrollarse bajo unas condiciones favorable que, si no se dan, es mejor no forzar, pues pueden tener un triste final de difícil recuperación. Yo me posiciono inicialmente en la versión optimista de la situación, si bien en los próximos días, o quizás semanas, todo irá tomando el cauce que deba tomar.

Me quedo, sin duda, con una experiencia que jamás había visto. La de una comunidad educativa trabajando unida, en un domingo cualquiera, remangándose para salir de un bache que nos ha puesto en una tesitura muy complicada pero que todos consideramos necesaria para que, de una vez por todas, las aulas Sevilla den paso a una nueva etapa de evolución y transformación de esa parte de nuestro Centro, pues ya va siendo hora de pensar en una verdadera calidad de la educación más allá de las cuestiones políticas y económicas.

Me siento tremendamente orgulloso de pertenecer a un claustro con semejante implicación en su labor educativa y arropado por unas familias igualmente implicadas y dispuestas a arrimar el hombro cuando las circunstancias lo requieren. Ha sido un verdadero disfrute trabajar hasta el agotamiento, sin más compensación que la de poder hacer que, entre todos, este necesario trance sea un poco más llevadero. Hacer que los verdaderos protagonistas se sientan como en casa. Gracias a todas las personas que han colaborado para hacerlo posible en un tiempo récord.

Desde nuestro nuevo lugar de trabajo, al que me gustaría bautizar como el "Aula de proyectos", iremos informando de todo lo que vaya aconteciendo. De momento, nos queda hacer del "Salón" nuestra "Aula".