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domingo, 23 de junio de 2019

El dolor de la despedida.

Cada año por estas fechas, termina el curso para muchísimas personas, y no solo alumnos y alumnas, sino también para familiares, profesorado, personal no docente que trabaja en instituciones educativas... No me refiero a que empiezan las vacaciones de verano, sino a esas innumerables personas que despiden una etapa, a compañeros/as de clase o trabajo, que  miran al futuro cercano con incertidumbre, muchas dudas e incluso algunos miedos. 

Según la experiencia vivida en cada persona individualmente, esta despedida puede ser algo ansiadamente esperado o, muy por el contrario, temida y dolorosa. Será en este último caso en el que nos centraremos en esta ocasión, pues tenemos la suerte de ver en nuestro Centro, cómo la mayor parte de las personas que se marchan, lo hacen con gran pena y dolor por la partida, algo que ocurre en todos los sectores de nuestra comunidad educativa.

En los últimos años, parece que esta sensación de tristeza se va acrecentando en el pasillo del Tercer Ciclo, el lugar donde se produce cada año, la despedida más multitudinaria. Y no es para menos, muchos de nuestros chicos y chicas saben que, en su último día del curso, están diciendo adiós a muchas de las personas con las que han convivido durante largos años de escolaridad, hasta nueve años en algunos casos. Pero también se están despidiendo de unos profesores que los han tratado con muchísimo cariño y entrega, los han mimado y cuidado al máximo dentro de las posibilidades que este entorno permite. Igualmente, se despiden de una serie de actividades que saben que no tendrán la oportunidad de disfrutar en su nueva etapa: el coro, un programa de televisión, el viaje a Cazorla, las celebraciones especiales como el Carnaval, el día de Andalucía o la fiesta de fin de curso, por mencionar solo algunas de las más representativas para la mayoría. 

También se despiden de unas dinámicas de trabajo que, probablemente, no tendrán continuidad: actividades competenciales de todo tipo, proyectos muy variados, dinámicas de grupo, charlas y círculos de reflexión, el trabajo basado en la confianza, la responsabilidad y las emociones... muchas más despedidas de las que en principio podría parecer.

Por todo eso, cada vez con más intensidad, esta despedida de fin de curso se vive como un auténtico duelo. Una lluvia lágrimas y de abrazos entre compañeros y profesores que ponen de manifiesto que todo lo anteriormente dicho (elementos del puzzle que van más allá del puro aspecto académico), está teniendo sus frutos. La inmensa mayoría de nuestros alumnos y alumnas no quieren irse del colegio. Incluso algunos de los que ya se fueron nos confiesan que volverían encantados. De hecho, nos visitan con mucha regularidad.

Para mí, como parte del profesorado, esta situación me produce una doble sensación: por una parte, la
Cartel siempre presente en nuestra clase
satisfacción de confirmar que nuestros chicos y chicas se encuentran como en casa (un gran objetivo cumplido) y por otro lado, la tristeza de ver cómo se van, con sus mochilas cargadas de aprendizajes y experiencias, pero también con muchas ilusiones que se hacen añicos al saber que no tendrán continuidad. Se me parte el corazón cuando los veo con las caras empapadas buscando abrazos por aquí y por allá, buscando un consuelo conjunto que no puede existir, pues todos tenemos esa herida. Nunca es agradable irse de un sitio en el que te sientes como en casa y en el que tienes algo más que amigos o compañeros de trabajo, en el que te sientes parte de una familia, la familia del Malonso.

Para contrastar que toda esta parrafada no responde a ninguna necesidad particular de demostrar nada, voy a dejaros aquí un pequeño obsequio. Un regalo que ayudará a comprender mejor todo esto que explico con palabras, pero que muchas veces va más allá de eso, de las palabras. Como dice una persona que adoro "es que no es una palabra, es una emoción".

Hace unos meses realicé unas grabaciones sin intención de publicarlas. El objetivo era que Sylvia Santoro pudiera escribir una canción sobre el Coro Manuel Alonso, sabiendo qué suponía esta actividad para sus protagonistas. Tras varias entrevistas y un montaje rápido y sencillo, el resultado creo que dejará perplejo a cualquiera. Os invito a ver el vídeo que dejo más abajo.

Voy a aprovechar esta despedida para que toda persona interesada en comprender esta situación, pueda formarse su propio criterio basándose en las exposiciones de los propios protagonistas. Ni que decir tiene que les he pedido permiso para hacer público un vídeo tan íntimo y personal. Creo que al hacerlo, también les honramos a ellos, hacemos más comprensible su dolor, podremos entender mejor su duelo ante una despedida que debería ser ilusionante (y lo es o lo será), pero ellos no pueden verlo así todavía.

Aunque este vídeo trata sobre las personas de sexto curso que han estado en el coro, hay muchas afirmaciones que son extensibles a otras que no han estado en el coro, pero que coincidirían en sus argumentos respecto a su colegio.

Por mi parte, solo me queda desearles una nueva etapa cargada de experiencias maravillosas, aprendizajes vitales y felicidad a raudales. Yo también pasaré mi propio duelo, pues tras dos cursos muy intensos y emocionantes, en mi corazón también se queda un gran hueco vacío. Muchos momentos, muchas experiencias y vivencias, mucho amor compartido y un anhelo de que todo les vaya bien. A la espera de recibir buenas noticas de todos los chicos y chicas que acaban de marcharse para siempre, un fuerte abrazo de este profe que ya os echa de menos. Para lo que podamos ser de ayuda, sabéis dónde encontrarnos.
Fuerte abrazo para todos y todas.

Cuando Faltan las palabras.
El vídeo en el que las alumnas de 6º explican qué ha supuesto el Coro para ellas.



NOTA: Próximamente se irán publicando vídeos del Concierto final de este curso 18-19 y algunas fotos de la verbena.

2 comentarios:

  1. Gracias Enrique. El vídeo es maravilloso y certifico tus palabras de la primera a la última. La Familia del Malonso continúa creciendo.

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    1. Muchas gracias, Maestro. Estás en perfecta disposición para corroborarlo, pues tu posición es muy cercana a todo lo expresado, a todo lo vivido. El año que viene será tu turno en cuanto a despedir una tutoría. Sé que cada año participas de todas ellas, precisamente, porque eres alguien muy cercano, muy querido en esta gran familia.

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