viernes, 31 de julio de 2020

Grabamos unas voces para Rayden.

Aunque este blog suele mantenerse en silencio durante gran parte del verano, este año tengo una noticia que contaros. Sí, sí, en pleno mes de julio...

A mediados de este mismo mes, recibí una llamada inesperada, una de esas que, de entrada, sabes que puede contener alguna sorpresilla. Diego Moreno, al que ya conocemos por nuestra colaboración con Raúl Gómez, me preguntaba si habría posibilidad de reunir a un grupo de coristas para hacer unas grabaciones.

En su discurso, Diego me explicó que Rayden, consagrado artista en el mundo del rap, del que puedes averiguar más información pinchando en este enlace, necesitaba unas voces infantiles para una de las canciones de su último disco, que se encuentra en pleno proceso de grabación.

Foto: Juan Antonio Nuevo Alarcón
Ese es el momento en el que empieza una carrera meteórica para tratar de reunir, desde la distancia y en periodo de vacaciones, a un grupo de personas capaces de trabajar desde casa la mayor parte del tiempo, con soltura en el uso de los medios tecnológicos y, por supuesto, con facilidad para aprender rápidamente letras y melodías y ensayarlas por su cuenta.

Las indiciaciones son claras, un grupo de unos 10 coristas para grabar la próxima semana.

Con esa información, empieza una primera ronda de llamadas. Teléfono en mano y con la ayuda de Ana y Carmen, las colaboradoras habituales del Coro, empezamos a localizar a las personas que reúnen las características arriba mencionadas. Por esa razón, principalmente, vamos empezando por las mayores, estableciendo un orden lo más lógico posible según esos factores.

Tras casi tres días de llamadas, mesajes de Whtatsapp, conversaciones de todo tipo con personas que están y que no están disponibles (lógico al estar de vacaciones), se configura un grupo de entre 12 y 14 personas que, finalmente, con la baja de algunas por imprevistos, quedaría en 12 titulares estables.

Empiezan las primeras reuniones por zoom, algo también complejo de organizar en esta situación, donde es habitual los desplazamientos, entradas y salidas familiares...

Simultáneamente, voy recibiendo llamadas y mensajes de productores, técnicos de sonido, estudio de grabación e incluso me pongo en contacto con el propio Rayden para ir perfilando lo que tenemos que grabar.

Durante los siguientes días, voy preparando un material en audio, junto a la letra y música que nos proporcionan para que nuestras artistas puedan ir familiarizándose e interiorizando el ritmo y tono de la canción. Les toca trabajar rápidamente y en solitario, pues a través de videollamada es bastante complicado, si no imposible, cantar en grupo (por los retardos y latencias).

Foto: Juan Antonio Nuevo Alarcón
Ya en la semana siguiente, la prevista para grabar, organizamos un único ensayo presencial. Es el turno de agradecer a Ana Vieira la cesión del salón de su casa, donde se organizó este ensayo, siempre tratando de hacerlo de manera segura y con las distancias necesarias. Una hora de ensayo presencial es todo lo que hemos tenido antes de la grabación.

Durante los siguientes días, algunos retoques, cambios sutiles y la confianza depositada en que nuestras chicas lo ensayarían todo por su cuenta y que, aún así saldría genial.

El 31 de julio fue el día acordado con Álvaro Gandul, músico y productor musical de Alcalá (actualmente director musical de Rozalén) para grabar en su estudio, y es allí donde empieza, o donde termina, esta experiencia.

Durante algo más de hora y media, entre preparativos y grabaciones, pudimos compartir un rato muy muy interesante, acompañado de un músico excepcional y trabajando para un artista consagrado como Rayden y una productora internacional. Pero sin duda, me vuelvo a quedar con las caras de nervios, la ilusión, el saber estar y hacer de nuestras artistas, que hicieron un trabajo propio de profesionales. En más de una ocasión, la expresión de Álvaro y la mía propia fue: "eso está PERFECTO". No es la primera vez que hablamos así de nuestro Coro MA, pues la experiencia y este tipo de actividades no hacen más que corroborar que trabajamos con una calidad humana impresionante. Sobre todo por su capacidad de compromiso y su altísimo nivel de responsabilidad, que demostraron en el estudio con una maestría soberbia, capaz de impresionar incluso a los profesionales de la música.

Mi enhorabuena a las chicas por su disposición y por dedicar un trocito de sus vacaciones a preparar esta grabación y, por supuesto, mi agradecimiento a las familias, que siempre responden de la mejor manera posible para que todo suceda y se haga realidad. Especialmente a Ana y Carmen, que son las personas que coordinan normalmente y, esta vez, incluso en periodo vacacional, lo volvieron a hacer.

Por supuestísismo, enorme agradecimiento a Rayden, por su confianza y por contar con nosotros, y a Diego por hacer de puente entre ambas partes.

También mi agradecimiento a Álvaro Gandul, por hacernos sentir como en casa y hacerlo todo muy fácil. Da gusto trabajar con personas así. Todo un placer y un privilegio.

No me olvido de mi compañero Juan Antonio, que nos acompañó, como siempre hace, tanto en el ensayo como en la grabación, para ejercer de reportero gráfico y dejar constancia de todo lo sucedido en ambos días.

Ahora nos toca esperar para poder escuchar y compartir con todo el mundo el resultado de esta colaboración. Sé de buena tinta que a muchos otros chicos/as del coro les habría encantado participar, pero en esta ocasión, las posibilidades eran tal cual se ha explicado en esta entrada. Seguro habrá nuevas oportunidades. Aunque el curso 2020/21 se presente complicado, tendremos que reinventarnos para, de alguna manera, mantener vivo nuestro proyecto o, al menos, nuestra ilusión por hacer música...