En los centros educativos se suele pedir al alumnado una flauta dulce para las clases de música. Las razones principales son que es el instrumento más fácil y barato de conseguir, por lo que cualquier alumno puede disponer de un instrumento para aprender música de una forma práctica.
Los beneficios del aprendizaje musical son ya incuestionables, y los estudios neurocinetíficos lo destacan como una de las pocas actividades que son capaces de activar todas las regiones del cerebro. Pero no es el objetivo de esta entrada hablar sobre este interesante asunto, que en nuestro sistema educativo sigue estando totalmente ignorado, con un tiempo en el horario que se sitúa en unos insignificantes 45' semanales.
El objetivo de esta entrada es presentar una alternativa para el alumnado que tenga dificultades con la flauta, no le guste o simplemente quiera probar con otro instrumento.
La melódica es un instrumento de viento, pero se toca como un instrumento de teclas. Básicamente es como un mini acordeón en el que el fuelle son los pulmones del intérprete, y el sonido que emite es muy similar al de dicho instrumento.
Las melódicas suelen tener dos formas para tocarla, mediante una boquilla que va directa al cuerpo del instrumento o con un tubo flexible que nos permite apoyarlo sobre una mesa (o sujetarla con la mano) para ver mejor las teclas, pues soplando por la boquilla directamente es más complicado.
Para hacerla sonar, sólo hay que soplar mientras se pulsa una o varias teclas. Lógicamente, cuantas más teclas se pulsen simultáneamente, más cantidad de aire será necesario. Este instrumento no necesita ningún tipo de pilas ni batería, sólo aire.
Hoy en día es un instrumento fácil de conseguir y relativamente barato, si bien es cierto que las calidades van asociadas con los precios, como suele ocurrir con todo, pero muy especialmente con los instrumentos musicales, de hecho, las melódicas muy baratas están enfocadas como juguetes musicales y no como instrumentos.
Tras haber probado varios de estos instrumentos, mi recomendación es adquirir uno de la marca "Hohner", que aún en su gama más económica y básica garantiza una correcta afinación, cosa que no ocurre con otras marcas más baratas. Yo particularmente tengo una "Hohner student 32", que para nuestro uso y propósito tiene la mejor relación calidad precio. Tampoco es necesario que tenga más teclas, pero creo que menos de 32 se podrían quedar cortas rápidamente.
Al igual que pasa con las flautas, cuanto peor calidad del instrumento, más difícil es su uso y más desafinaciones presentan, siendo en algunos casos inservibles para tocar junto a otros instrumentos.
En nuestro caso, os ofrezco esta nueva posibilidad a utilizar en las clases de música, pues si bien es cierto que es más caro que una flauta, sigue siendo un instrumento muy atractivo, interesante y asequible para disfrutar haciendo música. Ahora ya cada cual puede elegir lo que más se ajuste a sus necesidades e intereses según sus posibilidades.
Gracias profe, a ver si me compro una.
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