Muchas veces nos ocurre que por diferencia de opiniones o tras una discusión, lo que más nos apetece es retirarnos y dejar de hablar con la persona con la que hemos tenido el conflicto.
Esa estrategia puede estar bien como punto de vuelta a la calma, de control de las emociones más viscerales y para retomar el aliento tras la reflexión, pero en ningún caso, un problema se soluciona con la retirada del diálogo.
Por esta razón, os invitamos a solucionar los problemas hablando pacíficamente, no mediante la violencia ni tampoco con la retirada de la palabra, que no deja de ser una actitud violenta.
Os dejamos dos versiones de la misma frase. Ambas realizadas con el alumnado de mi tutoría de los cursos 2015-16 y 2016-17.
Fotos y montaje: Enrique Montaño Cambil |
Fotos y montaje: Enrique Montaño Cambil |
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