Desde hace ya demasiado tiempo se viene reclamando en el CEIP Manuel Alonso el fin de las aulas Sevilla, conocidas por toda la comunidad educativa por las malas condiciones en las que se encuentran.
El caso es que siguen pasando años y más años y, lejos de solucionarse el problema, se va agravando, pues el nulo mantenimiento, acompañado por el impasible deterioro natural que dicta el paso del tiempo, hace que estas antiquísimas aulas se encuentren cada curso un poco peor, llegando ya a un estado de insalubridad e incomodidad extremas para alumnado y profesorado.
Por esta razón, se empiezan a producir las lógicas protestas ante esta lamentable situación, hasta el punto de que los reporteros de Andalucía Directo estuvieron en nuestro Centro para hacerse cargo de la noticia, hecho que nuestros reporteros de Malonso TV recogieron como importante noticia que es, haciendo incluso una breve entrevista a Fernando, el reportero del programa, al que agradecemos su colaboración y amabilidad.
Además de estar totalmente de acuerdo con las argumentaciones que dejan de claro manifiesto la necesaria demolición de estas aulas y la sustitución por unas nuevas, me gustaría aportar, si cabe, aún más razones. Es lógico que las familias se preocupen porque sus hijos/as pasen frío, calor y estén expuestos a la excesiva humedad, entre otras muchas razones, pero, además de todo eso me gustaría explicar qué pasa con la parte pedagógica.
De forma muy resumida, hoy en día ya es una evidencia científica que los niños (y todas las personas por extensión) aprenden muchísimo mejor cuando se dan una serie de condiciones tanto físicas como emocionales. En los mejores sistemas educativos, que lógicamente saben ésto, se hacen grandes inversiones en la construcción y equipamiento de los edificios destinados a la educación, sabiendo que para que se produzca un aprendizaje de calidad es necesario que las personas se encuentren en un entorno agradable, amable, confortable, con una buena temperatura, una correcta iluminación, la conveniente dotación mobiliaria y de materiales y... muy importante, una amplitud adecuada del espacio en el que se desarrolla el proceso de aprendizaje. Existe una arquitectura especialmente diseñada para potenciar esa verdadera educación de calidad. Entonces ya podemos imaginar lo que sucede en un contexto justamente contrario. No es que no se quiera, es que resulta imposible desarrollar una educación de calidad en estas condiciones.
Ni que decir tiene que las escuelas modernas son otra cosa muy distinta de nuestras aulas Sevilla, mucho más cercanas a entornos tercermundistas. Podéis ver un ejemplo de una buena escuela pinchando AQUÍ.
Hablar de calidad de la educación y mirar las condiciones en las que se encuentran nuestro alumnado y profesorado da, como mínimo, tremenda lástima y rabia, además de una evidente autorización a protestar por ello.
Mis felicitaciones a todas las personas que se están implicando en hacer ver a quienes tienen que ver que esto no puede seguir así y que están o, mejor dicho, que estamos dispuestos a hacer el ruido que sea necesario para poner fin a nuestras entrañables pero ya no queridas aulas Sevilla.
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