En la última excursión que pudimos realizar en nuestro Centro, visitamos el Biodomo, a donde pertenece la foto que aparece en la imagen. Durante la explicación, las guías nos contaron que la mayoría de las medusas, contrariamente a lo que la gente cree, no pueden nadar, los movimientos que realizan cumplen funciones de alimentación y depuración principalmente, pero no pueden decidir en qué dirección quieren ir. Simplemente, están a merced de las mareas y el movimiento del agua.
¿Te imaginas una vida así, sin poder decidir a dónde vas? ¿sin elegir la dirección que quieres tomar?... eso sí que sería una vida basada en la incrtudumbre, ¿verdad?.
Foto: Enrique Montaño Cambil |
Será a pricipios del mes de septiembre cuando conoceremos, con más exactitud y detalle, qué ocurrirá con el nuevo curso, lo que hace lógico que toda la comunidad educativa se encuentre actualmente en una situación de incertidumbre.
Esta legítima sensación, en realidad, se produce cada comienzo de algo nuevo, por ejemplo un curso escolar, en unos casos más que en otros, dependiendo de los cambios que se esperan para cada nuevo comienzo. Pero no debemos perder de vista que es una situación habitual y transitoria, pasajera, temporal, y que, aunque las novedades serán más acusadas que otras ocasiones, no deja de ser inherente a la propia evolución de los acontecimientos. Es decir, es algo normal.
Como dice Isha Judd, el propio proceso de la vida está marcado por la incertidumbre. Seguro habrás oído aquello de que el futuro es incierto, o que solo existe el presente, que el pasado ya ocurrió... La incertidumbre forma parte de la vida y es un elemento con el que tenemos que convivir a diario, así que tenemos la capacidad o habilidad de adaptarnos a los cambios y novedades, aunque al principio nos asusten un poco. Como decía Immanuel Kant, "Se mide la inteligencia del individuo por la cantidad de incertidumbre que es capaz de soportar".
En consecuencia, por la parte que me toca en este nuevo curso, no me quedaré de brazos cruzados atemorizado por las circunstancias, procuraré adoptar una actitud de crecimiento, de adaptación a las circunstancias y empezaré la búsqueda (o creación) de los recursos necesarios para convertir el nuevo curso en una nueva aventura, como siempre hemos hecho.
En septiembre se disiparán muchas dudas, se tomarán muchas decisiones (algunas acertadas y otras no) y tendremos que adaptarnos a las circunstancias, así que os esperamos a todos con las pilas bien cargadas, el ánimo bien arriba y la ilusión por las nubes, para empezar este nuevo y atípico curso con la esperanza de que todo irá de la mejor manera posible, porque cada una de las partes, pondrá lo mejor de sí mismo para remar con fuerza en la misma dirección.
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